Latifi, dispuesto a ser reserva, con una condición


    Nicholas Latifi llegó a Europa en 2012. En el paddock, donde todos se conocen, no pasaba desapercibido, pues a pesar de ser un chico introvertido, se conocía la fortuna familiar que poseía, lo cual te asegura muchos amigos en tu camino a la Fórmula 1, algo que, por talento, no parecía que Latifi pudiera conseguir.

    Progresión poco habitual para llegar a la F1

    El canadiense fue acumulando carreras en distintos campeonatos, y cada vez su objetivo parecía más imposible. Tras dos años en campeonatos nacionales de Fórmula 3, Latifi da el salto al europeo, con el mejor material posible, Prema, y acaba el año sin más éxito que un difícilmente explicable podio en la segunda carrera de la temporada. Faltaba calidad y trabajo.

    Pero Latifi no cesó en su intento. En 2017 logró algo que muchos no hubieran creído posible. Una victoria. Y nada menos que en GP2. Con parrilla invertida, sí, pero una victoria. Para entender la importancia de este hito, se trataba de la primera victoria del canadiense desde la que logró en un deslucido nacional italiano de F3 en 2012.

    Volvió a ganar una carrera en 2018 y en 2019 ocurrió lo que parecía imposible. En una temporada increíblemente floja, Latifi acababa subcampeón, ganando cuatro carreras, a 52 puntos del campeón Nyck de Vries. El canadiense consiguió la superlicencia para correr en Fórmula 1.

    Su salto se produjo con el equipo Williams, increíblemente necesitado de dinero. Ambas partes salieron ganando. Latifi debutaba en F1 y al mismo tiempo salvó varias veces al equipo de una quiebra asegurada, la última de ellas, concediendo una hipoteca de todos los bienes materiales del equipo.

    Latifi debutaba en 2020 cumpliendo las expectativas puestas en él. Es decir, ninguna. Justo es decir que su rendimiento fue mayor de lo esperado, y que con un coche notablemente malo, rozó los puntos en varias ocasiones, lo cual no está claro si habla bien de la progresión del piloto, o muy mal de la Fórmula 1 y de la escalera diseñada para llegar a ella.

    Desde entonces, Latifi ha evidenciado que si bien su presencia no es un clamor para la Fórmula 1, logrando puntuar en tres ocasiones, una de ellas con un séptimo puesto, tampoco tiene un talento que vaya a despertar nunca pasiones. Y una vez el equipo Williams, con nuevo propietario, ha dejado de tener urgencias económicas, la presencia del canadiense ha sido prescindible, siendo invitado a abandonar la estructura para la temporada 2023.

    ¿McLaren o Ganassi?

    El futuro de piloto sigue siendo una incógnita. La familia invirtió una gran suma de dinero en McLaren, teóricamente para emprender los proyectos de Indycar y resistencia, pero no es con los de Woking con los que se está relacionando al piloto, sino con Chip Ganassi, el que se está revelando como el rival más acérrimo de la McLaren de Zak Brown.

    De momento, el piloto no se cierra puertas a continuar en la Fórmula 1. Sin embargo, el piloto ha sido claro. Solo aceptaría ser tercer piloto en 2023 si se me garantizase regresar al siguiente año. Y no está claro que esto sea una opción para ninguno de los equipos actuales. Mientras, Latifi ya habla en pasado de la Fórmula 1, reconociendo que no ha tenido la consistencia que hubiera deseado, pero señalando que no todo estaba bajo su control.

    Aunque negó los rumores de que ya había firmado por Ganassi, reconoce estar mirando en la Indycar, aunque los óvalos le imponen un gran respeto. Una cosa parece estar clara, con el respaldo de una gran fortuna familiar, queda Latifi en el mundo del motor para rato.

    Fuente: www.caranddriver.com

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