Viva Mexico
Por todo lo que vi en televisión, es más que obvio que el GP de México ha sido un éxito tremendo y, por supuesto, me encantó presenciarlo. Siempre he disfrutado mis visitas a un país con un gran entusiasmo por nuestro deporte, incluso en los días en que no había ningún piloto local al que el público pudiera animar, en la segunda andadura del circuito, entre 1986 y 1992.
Es evidente que la presencia de Sergio Pérez y el empuje de determinados patrocinadores de alto nivel esta vez han sido determinantes, e igualmente ha sido emocionante ver como nuestro deporte regresaba con decisión a uno de sus principales lugares olvidados.
Bernie Ecclestone ha tenido siempre debilidad por los circuitos clásicos; una debilidad oportuna que a menudo nos transporta a trazados reconstruidos, que ya parecían haber quedado relegados a los libros de historia. Gusta pensar que Argentina quizás pueda volver algún día al calendario, pero quizás tendremos que esperar a que primero surja un piloto de F1 para que eso ocurra.
El pasado fin de semana no fue bueno para McLaren. Los pilotos llegaron a México sabiendo que partían con penalización en la parrilla de salida y que la carrera se les iba a hacer cuesta arriba. Fue una pena que el equipo no pudiera celebrar el 50 aniversario de la primera victoria de Honda de la mano de Richie Ginther, allá por 1965.
McLaren también cuenta con una sólida tradición en México. Dada la falta de un piloto local, el público abrió su corazón a Ayrton Senna, pero el brasileño solo pudo cosechar una victoria en 1989 tras ser derrotado por su compañero de equipo Alain Prost el año anterior. Sorprendentemente, esas fueron las dos únicas victorias de McLaren durante el mencionado periodo de 1986-1992.
Sin embargo, hubo una victoria especialmente memorable en 1969 que ocupó un lugar especial en la historia del equipo, pues fue el último triunfo en un Gran Premio con Bruce McLaren al volante.
Denny Hulme había sido uno de los aspirantes al título de 1968, pero el equipo decayó un poco al año siguiente con la irrupción de Lotus, Matra y una resurgida Brabham, la última escudería en sumarse a los motores Cosworth. Tanto Bruce como Denny puntuaban de forma regular con el M7C, pero no llegaban a conseguir victorias.
Antes de la carrera de México, Bruce había terminado ocho veces entre los cinco primeros puestos, y se había subido tres veces al podio. Por su parte, Hulme había empezado bien la temporada, puntuando en varias carreras y consiguiendo un tercer puesto en Sudáfrica.
Sin embargo, no logró puntuar en las seis carreras anteriores a la última prueba, en México, debido a una serie de problemas mecánicos, principalmente con los frenos y la transmisión. Con esa frustración, ansiaba terminar la temporada cosechando un buen resultado en un trazado en el que estuvo luchando por el título el año anterior.
Ese año, la gran novedad en México era la ausencia del campeón de 1968, Graham Hill, que había sufrido un grave accidente en la carrera anterior, en el GP de EE. UU. Los entrenamientos discurrieron sin mayores incidentes y, a pesar de que los nuevos y más pronunciados pianos ahora impedían atajar las trazadas, los tiempos fueron mejores en comparación con los del año pasado. La escudería Brabham salía en primera línea, con Jack a la cabeza por delante de su compañero de equipo Jacky Ickx. Ya con el título mundial en el bolsillo, Jackie Stewart partía tercero al volante del Matra de Ken Tyrrell, mientras Hulme lograba una prometedora cuarta posición en la parrilla. Bruce acabó séptimo, y parecía en buena disposición para rascar algunos puntos.
Desgraciadamente, no tuvo oportunidad de hacerlo. Tras no poder correr en el GP de EE. UU. por un fallo en el motor, volvió a sufrir una avería que le impidió tomar la salida. Esta vez la causa fue la suciedad en el sistema de inyección, problema que se descubrió demasiado tarde y que obligó al piloto a ver la carrera desde el arcén, camino de boxes.
En la salida, Stewart pasó entre los Brabhams para ponerse primero, mientras Hulme cayó hasta la quinta posición tras ser adelantado por el Lotus de Jochen Rindt. No obstante, Denny contratacó y no tardó en arrebatarle la cuarta plaza al austríaco.
Mientras tanto, en la cabeza de carrera, Ickx le arrebataba la primera posición a Stewart en la sexta vuelta. Inmediatamente después, Denny adelantó a su antiguo mentor, Brabham, para colocarse tercero.
A Hulme se le conocía por ser un piloto seguro y calmado, que siempre volvía a boxes con el coche intacto. Sin embargo, ese día estaba claramente inspirado y McLaren rodaba muy bien en las rectas. En la séptima vuelta, adelantó a Stewart para ponerse segundo y no tardó en pelear contra Ickx hasta adelantarle y arrebatarle la primera plaza. A partir de ahí, comenzó a abrir hueco.
A esas alturas, la decepción de Bruce McLaren por su retirada se desvanecía por completo mientras animaba a su compañero de equipo.
“Pude ver en primer plano las primeras fases de la carrera en la que Denny sencillamente adelantó a todo el mundo”; afirmaba en su columna en Autosport. “En resumen, disfruté mucho viendo lo bien que rodaba nuestro coche, y más aún viendo cómo Denny tiraba con más fuerza y velocidad que el resto.”
Nuestra gran preocupación era la fiabilidad en un trazado con 65 vueltas, sobre todo después de la racha de mala suerte que arrastraba Denny. Nos acompañaba nada menos que desde el GP de Francia en julio, donde tuvo problemas con los frenos cuando rodaba segundo.
Afortunadamente, esta vez no hizo falta es desfibrilador. Denny se mantuvo a una distancia segura por delante de Ickx, dejando que esta se redujera solo a poco más de 2 segundos en la última vuelta. Mientras, Brabham se imponía a Stewart y se hacía con la tercera plaza. Aunque no logró puntuar en México, Bruce logró mantener la tercera posición en el campeonato.
Fue un buen final de temporada para McLaren, y el último Gran Premio de la tumultuosa década de los sesenta. Una década que se inauguró allá por febrero de 1960, cuando el propio Bruce se alzaba con la victoria en el GP de Argentina. Tanto el neozelandés como el propio deporte habían recorrido un largo camino desde entonces.
Como dijo Bruce en su columna: “Cuando planificas una nueva temporada, necesitas una buena dosis de entusiasmo, y una victoria en la última carrera de la temporada anterior sirve justo para eso”.
Pensar en una victoria puede ser un poco optimista en estos momentos, pero esperemos que el equipo que Bruce fundó pueda terminar 2015 en una buena posición en Brasil y Abu Dabi…
Fuente: es.mclaren.com