Ricciardo seí±ala cuándo Max terminó de madurar


    Daniel Ricciardo fue piloto de Red Bull entre las temporadas 2014 y 2018, años en los que probó la misma medicina que su predecesor Vettel; pues al igual que Seb, Daniel llegó al equipo como promesa, para más adelante acabar siendo el elegido para desbancar al líder del equipo y reinvertir el estatus, haciendo salir del equipo al hasta entonces capitán de la escudería, para acabar siendo carne de cañón del nuevo joven talento de Marko y ser él mismo quien abandona la estructura que le vio crecer.

    En este ‘camino de Red Bull’, que también está siguiendo Verstappen, aunque se encuentra en la cresta de la ola, hubo un momento clave para Ricciardo cuando Max Verstappen terminó de madurar como piloto y se convirtió en el león que hoy conocemos; momento que ahora recuerda Daniel Ricciardo, analizando como cambió el neerlandés en solo unos meses.

    El potencial siempre estuvo ahí

    De este modo, Daniel Ricciardo comienza refiriéndose a la velocidad que desde el primer momento acompañó al holandés, y debutante más joven de la historia, que le auguraban un futuro prometedor pese a los errores que cometía: “Ya demostró su velocidad desde 2016, si no antes, pero en 2018, recuerdo las primeras cuatro o cinco carreras en las que tuvo accidentes y muchos errores”, rememora el australiano, en referencia al errático comienzo de temporada de su 3 campaña a lomos de un Red Bull, donde su impulsividad volvió a pasarle factura en grandes premios como China o Mónaco.

    Sin embargo tras el error de Mónaco, que le privó de luchar por una victoria que acabó consiguiendo el propio Daniel, Max cambió de actitud radical: “Rápidamente encontró una manera de solucionar eso y maduró mucho”, prosigue Daniel enfatizando en el momento en que su compañero se transformó de la noche a la mañana.

    A partir de ese momento Verstappen comenzó a invertir la tendencia en una temporada donde Daniel lideraba a Red Bull, hasta el punto de hacerle temer por su condición en la escudería: “Creo que en 2018 hizo la mayor transición de niño a hombre, con cierta madurez fuera de pista”, añade Ricciardo, quien también quedó impresionado por el cambio de Max en tan poco tiempo.

    El Max que hoy conocemos

    Y si bien el aprendizaje es constante a lo largo de la vida, es justo decir que en aquel 2018 terminó de fraguarse el demoledor Verstappen que hoy conocemos, en un equilibrio perfecto de agresividad y templanza, que hoy domina la F1. Razón por la cual empezó a recortar distancias con Ricciardo a base de victorias y mejores resultados: “Hizo que sus resultados en la pista fueran más consistentes”, algo que sumado a otros factores acabó por forzar al australiano a salir de la casa donde se había criado si pretendía seguir conservando su estatus y su sueño de pelear por ser campeón.

    Para continuar y ver lo que ha hecho, si no puedo ser yo, estoy como: ‘Me alegro de que sea él, ya que al menos le peleé’”, continua el de McLaren, que todavía conserva una gran amistad con Max y que formó parte de la escalera de progresión de un inminente bicampeón del mundo. “¡Me hace quedar bien!”, dice para terminar un Daniel Ricciardo que actualmente se encuentra en una posición mucho más complicada que cuando fue destronado en Red Bull.

    Fuente: www.caranddriver.com

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