Fernando Alonso, la principal esperanza de la F1


    Segunda carrera y demostración de que el AMR23 al que el equipo de Silverstone ha consagrado grandes esfuerzos durante el invierno, rinde a las mil maravillas. Y no solo en circuitos con alta degradación de neumáticos como fue en caso de Bahréin, donde tanto Aston Martin como Fernando Alonso supieron hacer de esta cualidad su punto fuerte en carrera, sino que también es capaz de sacar lo mejor de sí mismo en pistas que en principio debían desafiar más el concepto de la creación de Dan Fallows y compañía.

    Esto quedó de relieve a lo largo de todo el fin de semana en Yeda, con un Alonso y también un Lance Stroll siempre en los puestos de cabeza, siguiendo en la distancia la estela de los imparables hombres de Red Bull. Fin de semana en el que una vez más, el punto fuerte de Aston Martin y Fernando Alonso fue la carrera. Sin embargo, esto está llegando un paso más allá, mediante un curioso fenómeno, por el que no es tanto que lo mejor de Alonso esté siendo la carrera; como que lo mejor de la carrera esté siendo Alonso.

    La actuación de Fernando Alonso y Aston Martin en Arabia Saudí

    En este sentido, Fernando Alonso comenzó la carrera desde una sorprendente segunda posición, beneficiándose de los problemas en coches que se mostraron menos fiables que el suyo como el de Leclerc o Verstappen. Consiguiendo hacer una carrera bordada de principio a fin –sin contar con la pequeñez del error al posicionarse en su puesto de salida y que tantos dolores de cabeza acabaría trayendo–.

    El increíble mérito de gestionar la carrera del modo en que lo hizo Alonso con un coche con menor velocidad en recta que el resto de sus rivales en un escenario con tantas rectas como este evidencian que las manos del piloto cuentan y mucho para hacer valer una posición. Pero también la cabeza e interpretación de la carrera acorde a la gestión de componentes, tal como hizo Fernando cuando al fin Checo Pérez hizo valer la superioridad de su RB19, aprovechando el DRS del mexicano para distanciarse de Russell y compañía.

    Gestión que con el paso de las vueltas estuvo condimentada por la gestión de la penalización –la primera y al final única–, la relanzada tras el coche de seguridad con Russell a la zaga, y la llegada inminente de Verstappen, así como la batalla a final de carrera entre Fernando y Russell por el gap de 5 segundos.

    Alonso y Aston Martin son la alternativa a Red Bull

    Y es que en resumidas cuentas, el nuevo panorama que parece ser la principal alternativa de la Fórmula 1 en una parrilla cuyo orden para 2023 parece haber quedado definido, al menos en lo que respecta a la cabeza de carrera, propiedad indiscutible de Red Bull y probablemente Max Verstappen. Panorama poco esperanzador para una categoría que amenaza con volver a convertirse en coto privado de una sola marca, como tantas veces hemos visto en el pasado, de la mano del dominio insultante, nuevamente de Red Bull.

    Así, Fernando Alonso ha demostrado hasta el momento ser la mejor y quién sabe si única baza, capaz de aprovechar los deslices de la escudería de Horner, que aunque tremendamente dominante, se ha visto que también son humanos y que, en según qué ocasiones pueden cometer errores determinantes. A falta de algo mejor, Fernando Alonso y Aston Martin han demostrado desde la pretemporada ser la mejor baza para el espectáculo en la zona alta de carrera. Con un piloto, que algunos llamarán renacido, pero que lleva estando ahí desde siempre, –incluso en aquellas aciagas temporadas de 2014, 2015, 2017, 2018–; y con un equipo que cada vez se parece menos a aquella precaria estructura que adquirió Lawrence Stroll cuando Force India amenazó de la noche a la mañana con desaparecer.

    El techo de este proyecto se sabe que es el cielo, pero ateniéndonos a la realidad, esta es por primera vez en mucho tiempo que las promesas de invierno se hacen realdad para Fernando Alonso, quien por fin está conduciendo un coche de presente y no de futuro. La limitación está donde está, y salvo catástrofe de Max y Checo, será difícil poder aspirar a algo más que el tercer puesto, posición de privilegio y que es todo un regalo para un piloto tan maltratado por la Fórmula 1 como Fernando Alonso.

    Sin embargo, el mayor regalo de lo que parece ser el comienzo de una prometedora aventura, es poder ver a Fernando Alonso divertirse en pista y ofreciendo espectáculo con un monoplaza que “se siente bien”, y lo hace además en circuitos de características muy distintas.

    La nueva popularidad de Fernando Alonso

    De esta manera, estamos atendiendo por primera vez casi en la historia de Fernando Alonso, a un reconocimiento masivo hacia la figura del piloto español, que, por primera vez en muchos años y a la edad de 41 años, se ha convertido al fin en un piloto popular para el grueso de la afición a este deporte. Sin duda el factor determinante en esta renovada fama es el inesperado éxito con el que Aston Martin ha quitado la sábana al 2023, aunque no es menos importante todas aquellas largas temporadas a las que ya hemos hecho referencia, en las que pese a los mediocres resultados, Alonso no dejó pasar oportunidades para hacer valer su talento. Caldo de cultivo que ahora ha encontrado su máximo apogeo, con una merecida explosión de popularidad que por unos motivos o por otros hacía mucho tiempo que no encontraba.

    Fuente: www.caranddriver.com

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